Infografía
El montaje cinematográfico
El montaje es el proceso que se utiliza para ordenar los planos y secuencias de una película, de forma que el espectador los vea tal y cómo quiere el director.
La manera de colocar los diversos planos puede cambiar completamente el sentido, y por lo tanto el mensaje, de una película.
Se empalman, según el orden del guión, los fragmentos que han constituido una filmación, ya que normalmente se filma en el orden que marcan las circunstancias de dirección y producción o las debidas a la disponibilidad de los actores y a causas climatológicas o de estación. Se seleccionan, entre los diferentes fragmentos de cada toma procedentes del laboratorio, los que se consideran mejores. El trabajo se efectúa en una mesa de montaje provista de una moviola
Breve historia de los orígenes del montaje
El montaje como tal apareció con una ligera diferencia respecto a los primeros films exhibidos: bastaba con que las fotografías se moviesen sin más planteamientos creativos.
Las primeras películas eran de apenas un minuto, es decir, los 17 m. De longitud que podía contener el chasis de la cámara de los Lumière o del kinetoscopio de Edison. Generalmente rodados con plano general y cámara fija. No obstante, y aún sin ser conscientes de ello, aplicaban una de las posibilidades del montaje: el no‐montaje, es decir, trabajaban con planos secuencia.
Los Lumière utilizaban el montaje en el plano, o sea una elección del lugar en el que la cámara debería situarse. Pronto Louis Lumière tuvo la idea de rodar cuatro películas que proyectaba seguidas.
Poco después Méliès, descubrió que si paraba de rodar, cuando volvía a hacerlo todo había cambiado: es decir, la realidad podía ser manipulada.
No obstante, el invento del montaje, concebido como la posibilidad de “ordenar” de una manera determinada la película filmada, se debe a George A. Smith, que superó en este sentido los logros de Lumière y Méliès.
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